Cuando el poliuretano finaliza su vida útil, pasadas varias décadas, se convierte en residuo junto a otros materiales de construcción. Los desechos de espuma de poliuretano de aislantes en forma de paneles sándwich y planchas se pueden moler y reprocesar. Se obtienen así otros paneles de alta densidad, que sustituyen a la madera ofreciendo mayor duración y resistencia.

Usos del poliuretano reciclado

Estos desechos también sirven para obtener material aislante de relleno en la construcción, si bien cabe señalar que la tendencia a usar materiales prefabricados de poliuretano reduce la generación de residuos durante la instalación. Por otro lado, los objetos de uso doméstico como colchones o sofás también son reciclables, debiéndose depositar en un punto limpio para su correcto procesamiento.

En resumen, los usos del poliuretano reciclado son múltiples, aportando ligereza, durabilidad y solidez.

¿Qué se puede fabricar con poliuretano reciclado?

Con la espuma de poliuretano reciclado se obtienen todo tipo de objetos de uso cotidiano: desde suelas de zapato a calzado deportivo, ropa, asientos de coches, colchones, cojines, colchonetas, moquetas, mobiliario de baño, encimeras de cocina, puertas, tabiques, ventanas y hasta tablas de surf. También es muy empleado en la industria del transporte, tanto en diferentes elementos de camiones como en trenes de alta velocidad, proporcionando resistencia con un peso muy ligero.

Pero, una de las grandes aportaciones del poliuretano reciclado es la elaboración de nuevos materiales para la construcción. Con la incorporación de la espuma rígida de poliuretano tratada a yesos y otros productos, se mejoran las prestaciones de aislamiento termo acústico del material final.

POLIURETANO Y RESIDUOS

También sirve para crear nuevos aislamientos de suelos, tras ser molidos los restos y tratados con varios aditivos y celulosa. Además, es una excelente opción para superficies de patios de recreo y centros deportivos. Otra manera común de dar salida a los residuos de poliuretano es reciclarlo para  fabricar el embalaje de otros productos de aislamiento.

Por otra parte, como alternativa al reciclaje mecánico se encuentra el reciclado químico que, si bien es más costoso, permite obtener plástico de mucha calidad. Consiste en descomponer el poliuretano a través de distintos procesos —hidrólisis, aminólisis y glicólisis, siendo el más frecuente a día de hoy este último— para conseguir polioles verdes con los que fabricar nuevos plásticos.

Si no es posible el reciclado de poliuretano, la mejor opción es la recuperación de energía. Así, resulta muy útil como materia prima en incineradoras que generan electricidad, y también para producir calor para edificios y procesos industriales.

Usos del poliuretano reciclado 

Reciclaje de poliuretano: un compromiso con la sostenibilidad

El poliuretano es un material respetuoso con el medio ambiente, puesto que tiene un impacto ambiental muy reducido. Por su gran durabilidad y su baja conductividad térmica es el mejor aislante térmico, convirtiéndose en un aliado imprescindible para la eficiencia energética. Colabora en el ahorro de energía, de recursos y, por tanto, de emisiones. De hecho, el poliuretano permite ahorrar más de cien veces la energía que se necesita para su producción.

El reciclaje de poliuretano es una apuesta por la economía circular con el que se cierra el ciclo de vida de los residuos al convertirlos en nuevas materias primas con las que fabricar productos. Además, con el proceso de reciclado se conservan la calidad y las propiedades, dando lugar a materias primas con las mismas prestaciones que las originales.

Razones por las que el poliuretano es reciclable y sostenible

El poliuretano es un material que se obtiene de la reacción química de dos elementos, el poliol y el isocianato. La espuma resultante es un producto muy versátil, que se utiliza en muebles, colchones, calzado, dispositivos médicos, molduras… aportando durabilidad y ligereza en todos los casos. También es inestimable su aporte para mejorar la eficiencia energética de edificaciones de viviendas e industriales, dada su excelente capacidad aislante, así como en el aislamiento de cámaras y vehículos frigoríficos. Permite, por tanto, lograr edificaciones más sostenibles.

Pero, además, el propio poliuretano es sostenible: su obtención produce una cantidad muy reducida de emisiones de CO2, por lo que su impacto ambiental es reducido. Si a esto se suma que con su aplicación como aislante evita muchísima más de las que genera, estamos sin duda ante un material sostenible. 

Por otro lado, buena parte de la materia prima que se emplea para fabricar espuma aislante de poliuretano procede del reciclado químico de residuos de poliuretano: esto es, la conversión química de poliuretanos para producir polioles y así conseguir aplicaciones de segunda vida. De esta forma, cerca del 30% de los polioles utilizados para obtener espuma de poliuretano rígida puede proceder de este reciclado, sin ver afectadas en absoluto sus prestaciones.

¿Qué objetos se fabrican con poliuretano reciclado?

A todo esto hay que sumar que el poliuretano es reciclable, así como la espuma de poliuretano. De hecho, el poliuretano reciclado está presente en productos de usos muy distintos y en múltiples sectores. Sus residuos, una vez molidos y vueltos a procesar, permiten fabricar paneles de alta densidad que sustituyen a la madera y su aglomerado. La ventaja frente a esta es que al poliuretano, al ser un material inerte, no le afectan la humedad ni los microorganismos, y es imputrescible.

También podemos encontrar poliuretano reciclado en perfiles de ventanas y puertas, en tabiques, en mobiliario de baño, en encimeras y muebles de cocina, en barcos, camiones, caravanas y trenes. Además, sirve para fabricar suelos de instalaciones deportivas, colchonetas hidropónicas y medios de flotabilidad.

¿Qué objetos de poliuretano se pueden reciclar?

El poliuretano se recicla en centros de reciclaje autorizados, por lo que no debe depositarse en otros lugares.  

El acero de los paneles sándwich es un recurso valioso y que se puede reciclar sin límite. Además, la espuma se puede reciclar en plantas de reciclado de neveras. Otro ejemplo muy frecuente de reciclaje de poliuretano es la transformación de los restos empleados en los asientos de automóviles para dar forma a camas, moquetas y cojines para sillones o sofás. Además, el poliuretano del parachoques se puede tratar para convertirlo en nuevo material aislante. El poliuretano es reciclable también en forma de material de embalaje para productos de construcción.

Para gestionar de la mejor manera los residuos de poliuretano es necesario contemplar el reciclado, la recuperación y la generación de energía. Además, hay que valorar que la durabilidad de los elementos aislantes hechos con poliuretano permiten su reutilización, que no es otra cosa que renovarlos sin necesidad de sustituirlos.

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